Mi alma, a veces desbocada...
me lleva por rumbos desconocidos,
a veces, insospechados,
me colma de sensaciones no deseadas,
inesperadas...
y me obliga,
me obliga a sentir...
¡qué es la vida si no el propio sentimiento!
Mi alma, a veces, descarnada,
me domina,
y me encuentro, de pronto, en un desierto
colmado de sed y tormento o
adornado de oasis y de buenos sentimientos.
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