Tengo por costumbre confiar mucho
... y muy pronto.
Con alegría entrego lo que soy.
Igual que el firmamento se extiende sobre nosotros
mostrando su grandeza.
No se esconde ni presume,
es... y nada más.
Tengo por costumbre amar mucho y pronto.
Tengo por costumbre confiar mucho
... y muy pronto.
¿Debería cambiar esa fea costumbre?
¿Debería el firmamento dejarse de mostrar?
Tengo por costumbre amar y confiar.
Y si esa costumbre me hace, con mucha frecuencia, llorar,
... que las lágrimas me devuelvan al mar...
que allí es donde quiero estar.
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