Te miro tan de lejos.
Tus pasos son días y tus miradas...
Lenguas de barro se consumen en mi garganta.
Ya mis lágrimas no encuentran el camino a la vida.
Y mi alma, ¡qué será de ella cuando ya no estés!
Condenada a amarte siempre,
y aunque estés conmigo,
condenada a echarte de menos siempre.
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