lunes, 23 de enero de 2012

El barro primero


Tu aroma me es tan familiar.
Y me resulta difícil saber,
si te he conocido antes o en otro lugar.
Sólo conozco tu aroma.

Gigantescas sacudidas bajo mis pies han llegado
y permanecen en un rincón del alma,
guarecidas del frío de ahí fuera.

Dan cabida a la ilusión...
desvanecida con el paso de los años,
silenciada,
silenciada por cuestiones cotidianas, absurdas, inútiles,
que hacen que la marcha sea tan pesada,
dejamos que lo importante
duerma, se llene de polvo y se desvanezca.

Y ahora, tu aroma me es tan familiar,
y no consigo recordar,
si te conozco de otro tiempo o de otro lugar.
Sólo sé que tu aroma ¡me es tan familiar!

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