Hay un castillo
arriba, en un risco
donde el viento no sopla
ni suena ni espanta.
Hay un tesoro,
allí en el castillo,
muy bien guardadito
que en su nube me llama.
Tiene una voz,
dulce y pausada,
con alegría y desparpajo,
pide "mamá, canta":
Y a la nana
nanita, nana
duerme chiquita
la que no llegaba.
Y a la nana
nanita nana,
no oigo tus risas
desde la ventana.
Y a la nana
nanita nana,
duerme mi niña
y a mamá espera.
A la nana
nanita nana,
sin esperanza,
añorar queda.
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