lunes, 20 de abril de 2020

Ausencia

No sé si llueve solo ahí afuera
o si el agua se ha colado
por las rendijas escondidas en cada rincón.

Las rendijas que no vemos,
pero por las que se filtra el oxígeno
que inhalamos en cada respiración.

No sé si llueve solo ahí fuera
o si de forma inesperada
la casa es al completo una inundación.

Y se abre camino a raudales
entre las sillas, las vasijas y los muebles,
mansamente me alcanza y me empapa en mi sillón.

Los sonidos de la calle se vuelven bizarros;
y como por clarividencia
voy entendiendo que todos somos ausencia.

Ausencia de luz, ausencia de sombra,
de calor y de frío,
que nada nos toca y todo nos deja huella.

Quisiera dejar volar los pájaros enjaulados
dentro de mi pecho
pero no sé si en tan largo trecho
encontrarán rama firme
en la que posarse a descansar.

Empapada y todo en calma,
me detengo a reflexionar que
el alma humana se construye
sobre lágrimas de ausencias,
mientras, apoyada en el timón de mi barca,
buscando un naufragio tal vez, a la deriva,
saboreo, reposada, el agua salada del mar.

2 comentarios:

  1. De estas cosas que las lees de noche y ya no quieres que otros ruidos, que otras palabras que no sean el recuerdo de estas, contaminen la frontera entre tu alma y tu mente.

    ResponderEliminar
  2. No te dejes llevar, no dejes ni permitas que ese mar infinito te inhunde,deja tu barca llegar,a una tierra, no sé si lejana pero tierra en la que descansar...

    ResponderEliminar