viernes, 29 de noviembre de 2013

Adoración


Océanos envolventes en cualquier lugar.
Y tú como náufrago te aferras a tu metro de tierra.
Un mundo infinito que muestra su grandeza,
y tú como niño indefenso agarrado a la mano de mamá.

Un puñado de sensaciones,
un puñado de emociones
que florecen, de pronto, en paz.


Músicas que, sin ellas saberlo,
te dicen quién eres y
te arrancan de un letargo aséptico.
Quiero reír y quiero llorar.

Vuelvo por un momento la mirada y
ahora sé quién soy,
mañana no lo sé.

Me enamora cada mañana la tierra,
me enamora mi casa,
me sobrepasa en el pecho la devoción por mi hogar. 




domingo, 3 de noviembre de 2013

Ese olor a mi casa

Ese olor a mi casa,
que me aligera el alma.

Todo cuanto hago es pensando en ti.





Elijo mi vestido, 
preparo mi peinado con esmero,
me maquillo,
me visto y perfumo.
Me miro en el espejo.
Enfundo mis pies en unos tacones 
de metro, y salgo a la calle. 

Voy donde te espero, 
pasan las horas, 
y baja el  vino en la copa. 
El minutero que no quiere parar 
en la esfera en blanco y negro. 

Observo como todo alrededor cambia. 
Las gentes vienen y van.
Unos bailan, otros hablan, 
otros miran y todos beben. 

Una copa, dos copas, 
dos palabras sin sentido
y tú que no entras por la puerta. 

Quiero beber.

Quiero anestesiarme y no pensar, 
no pensar que si me enamoro de ti,
puede que después no vuelva a ser la misma. 

Llego a mi casa con el sabor del fracaso en la boca.
Me meto en la cama y...
ese olor a mi casa. 

No necesito tenerte, no necesito nada.

Me meto en mi casa,
vuelvo a ser yo, y ¡oh!
aquí no ha pasado nada.