miércoles, 30 de enero de 2013

Lluvia III: Recuerdos

Días nublados en el lugar que habitamos.

Y parece que esa desolada soledad de las calles
nos cala a todos hasta los huesos y,
reclama recuerdos.
Recuerdos de un verano trasnochado,
gastado del uso y el deseo.
Recuerdos de color y de un tiempo que,
a pesar de lo sentido,
nunca fue mejor.

Porque siempre llueve,
siempre llueve en el escenario.

domingo, 27 de enero de 2013

Lluvia II: Hora gris

Camino durante el atardecer grisáceo,
húmedo y triste, de una tarde
de finales de enero.
Cuando los ojos sienten una pequeña dificultad
en ver bien lo que rodea.



Hora gris,
que con la mirada puesta en la lejanía,
siguiendo la senda que marcan las farolas
de la carretera,
recién encendidas,
divisas entre los rojos y verdes,
amarillos y anaranjados del tráfico,
disperso y relajado
del sábado que, a última hora,
nada tiene que hacer,
una gran nube que se levanta del horizonte,
a esta hora de la tarde:
violeta, rosa y azulada.
Dominando el mundo,
el anhelo y la mirada.

Combinación extraña de nubes y frío,
lluvia y fin de semana.

sábado, 26 de enero de 2013

Hay veces

Rabindranath Tagore
Hay veces que andas buscando.
Miras a derecha y a izquierda.
Lees palabras sabias,
y escuchas experiencias imposibles.

Pero nada de eso importa,
tú sigues buscando.


Buscas respuestas o buscas caminos,
puede que lo que estés buscando
sean las propias preguntas.

Vas de paso a salto,
de lapso de tiempo a hierba escondida
en un rincón,
esperando la estación adecuada.

Y aunque todo parece tener sentido
una brizna de viento que pasó,
desordenó todo un poco a su paso.

Y de nuevo la salvación
aparece en el lugar donde la andas buscando.
Palabras, palabras, palabras
puras e impías,
dignas o retorcidas,
compañeras y amigas.

Unos ojos que no pertenecen a este a mundo
de improviso te miran, te atraviesan
y te hablan:

"¿Qué es esto que me aprieta el pecho?
¿Mi alma que quiere salir a lo infinito,
o el alma del mundo que quiere
entrar en mi corazón?"  (R. Tagore)

Saberlo lo sabes,
pero en ese momento, recuerdas:
que existe un hilo que te ata
a algo más grande más allá de ti mismo
y de la misma vida.

jueves, 17 de enero de 2013

Lluvia I: Tristeza en los soportales


YO NO SÉ LO QUE BUSCO ETERNAMENTE
Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco, pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.
¡Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire, ni en el cielo;
y aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!
                                                                                                                         Rosalía de Castro
Tristeza mía
que viene a visitarme de cuando en cuando.

Tristeza en la mañana,
tristeza en el cielo,
tristeza en los campos,
en el aire,
en los pasos que acompañan al caminar.

Tristeza de invierno recién estrenado,
y tristeza de ruedas que surcan el asfalto empapado.

Tristeza que ralentiza el circular de la sangre por mi cuerpo
y embota mi sentir, mi pensar.

Vuelve la niebla, y vuelve la lluvia,
vuelve el frío y ese sentimiento culpable
de estar a salvo en casa,
con la congoja en el estómago
de esas pobres almas que no lo están,
y nunca lo estarán,
pues son pobres esclavos de la calle
cumpliendo castigo
aunque nunca fueron culpables.

Tristeza que viene,
y siempre pensé
que compartida, celosa y sola,
se iría.
Pero esa tristeza soy yo,
tristeza amiga.
Me acompaña de forma azarosa.
Y compartida o no,
es mía, y
quizás, mi máximo don.