martes, 3 de diciembre de 2013

La tregua

¡Es el mundo tan infinito!
¡Queda tanto por aprender!
Es tan pequeño, limitado e insignificante mi conocimiento que, 
a veces, me abruma, 
y siento deseos de no querer saber nada más. 
De abandonarme al mundo 
como perro callejero e 
ir viviendo en un baile 
en que los vientos me balanceen con su son. 

Darme una tregua y fingir;
(¿es que acaso no finjo ya?) 

Fingir y descansar. 
(¿es que acaso hay descanso 
en el fingimiento?)

2 comentarios:

  1. No escribí nunca poesía
    y respeto a ese poeta,
    que es camino, que es la meta.
    noche oscura y alba fría.

    Y de ahí no pude pasar. El fingimiento del poeta se evidencia en lo más simple. Yo llegué a decir que el poeta "presume" de sus penas y esconde la alegría propia el día que reconocía abiertamente que quise serlo. ¿Hay más fingimiento que el de "inventar" el dolor propio para paliar el de otro? La poesía es la medicina del alma... pero yo no soy médico para aplicarla. Muy bueno, y extraordinaria la referencia.

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    1. La poesía está en cualquier parte, en cualquier lugar la encuentras, donde menos te lo esperas, ahí está. Forma parte de su magia, que también es "noche oscura y alba fría". Yo pienso que habita en el fondo de todos nosotros. Y como dijera Bécquer solo espera " la mano de nieve que sabe arrancarla" y que nunca le falte un poeta de cabecera, eso, por supuesto. Gracias, muchas gracias.

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