Es en la noche, bajo el naranjo florido.
La luna ilumina este cielo de primavera.
Solo reinan la calma,
tu sonrisa y el sabor a fruta fresca
recién cortada,
(Me acunas con tu mirada)
tus palabras
y esa templanza tuya al pronunciarlas.
Vuelo.
Mis pies se elevan sobre el agua del río,
clara y fresca,
y me dejo llevar...
Me voy alejando de la mano
de un niño,
y el miedo me embarga.
Alargas tu mano y me haces regresar.
Ya no tengo miedo
porque ya mi corazón
tiene un hogar.
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