Costilla intrincada en la tierra
a la que no desea el bien.
Su color es el de la tristeza,
la tristeza amiga que nació con él.
Lágrimas en las que desembocan
las risas y las penas.
Hay veces en que la muerte me viene a visitar
aunque nunca dice palabras,
solo trae aires de otros tiempos
que en esta vida
nunca llegaré a conocer.
Despliega su capa sobre mí
y me reconforta
recordando que tengo un hogar al que regresar.
"Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres,
y al polvo volverás." Génesis 3,19
Wow! Eso ha sido un poco tétrico... ¡Y me ha encantado! En unos pocos versos has conseguido que uno se sienta insignificante. Ya puedes llegar a dominar el mundo, pero al polvo volverás. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos!
Y lo somos, somos insignificantes. El día que seamos conscientes y vivamos conforme a eso, o lo que es lo mismo, con mucha más humildad, el mundo empezará a ser un lugar mejor. Eso me gusta a mí pensar. Gracias por tu presencia y tus palabras. Un saludito mortal ;)
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