
Costilla intrincada en la tierra
a la que no desea el bien.
Su color es el de la tristeza,
la tristeza amiga que nació con él.
Lágrimas en las que desembocan
las risas y las penas.
Hay veces en que la muerte me viene a visitar
aunque nunca dice palabras,
solo trae aires de otros tiempos
que en esta vida
nunca llegaré a conocer.
Despliega su capa sobre mí
y me reconforta
recordando que tengo un hogar al que regresar.
"Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres,
y al polvo volverás." Génesis 3,19