Y en busca de El Dorado vamos,
y en busca de El Dorado voy.
Caminando sobre nuestros propios pasos.
Y en realidad no hay nada por descubrir,
todo estaba descubierto ya.
Melodías que son caricias,
y lágrimas que son arrancadas
de su lecho mortal.
Caminando sola y quizás no he aprendido nada.
Y es que cuando es el amor el que nos mantiene vivos...
el resto se desmorona, desaparece...
sólo melodías que son caricias,
melodías que son caricias,
caricias...y nada más.
Hablamos sin hablar,
damos sin pensar,
y avanzamos sin andar,
con tanto que dar
tanto que dar...
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