Si la lluvia arrecia, no respondo de mí.
Y, aún así, puede que siga lloviendo.
Y si la lluvia sigue insistiendo...
escucharé el sonido de sus pasos solitarios
bajo mi ventana,
y, quizás despierte en mí un sentimiento.
Y quizás sea el miedo de que la lluvia me empape,
los párpados y hasta los andares.
Y si la lluvia sigue arreciando, lo aseguro,
que no respondo de mí...
Que le acabaré haciendo el amor
con el corazón llameante y al desnudo.
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