en una noche fresca de verano.
Una calle sin gente,
una carretera sin tráfico.
Un cielo a media luna y,
estrellas solitarias en el infinito.
El camino serpenteando y una melodía que,
como siempre,
inspira el corazón.
Tu tacto suave y aterciopelado,
tu mano en mi mejilla,
tu hombro en el que apoyar mi cara y,
descansar del ruido cotidiano.
Me sobra un hueco en el corazón
que rellenar con tu aliento...
Me falta el terciopelo de tu tacto,
la suavidad de tu calma,
el descanso del guerrero.
un cielo a media luna y,
ResponderEliminarestrellas solitarias en el infinito. Precioso. Gracias por compartirlo.
Más o menos como la noche de hoy. Gracias siempre a ti por leerlo y apreciarlo.
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