viernes, 9 de octubre de 2015

Amanece

La espiral desbocada echa a andar y
saltas de obligación de aguja pequeña
a responsabilidad de aguja grande.
Imposiciones ajenas,
imposiciones propias y personales,
necesidades e, incluso a veces, justificaciones.

Amanece y la sangre echa a andar,
hay veces que hasta la escuchas circular.
El bullicio interior que no deja pensar.

Y en un segundo imperceptible
el corazón te rescata,
inspiras el aire fresco que te acompaña,
está ahí, silencioso, expectante,
esperando solo para ti,
y entonces un recuerdo,
una nota musical,
una historia,
o un cariño te salva y
¡oh milagro!
te piensas,
te recuerdas
y recuperas tu vida.

Somos solo el amor que llevamos dentro,
pero es suave, frágil  y delicado,
no entiende de prisas ni urgencias,
solo hay que reservarle el mejor espacio.


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