miércoles, 3 de junio de 2015

Y volaré

Vengo del aire
aunque no tengo alas.
Vengo del aire
aunque ni ángel ni ave soy.
Inspiro en silencio
y sigo la hoja de ruta
que un día marqué.
No leo las palabras,
solo escucho mensajes cifrados
que aseguran que
ahí esta el camino que he seguir,
pero no se ve,
porque está en el aire.
Si miro hacia arriba no es por capricho,
es porque sé que el sendero que sigo
no está bajo mis pies.
Porque sé que el sendero que escucho,
aunque invisible,
me guía por unas coordenadas que no son de aquí.
No tengo alas,
ni ángel ni pájaro soy,
pero vuelo,
vuelo por un mundo que no es este,
no se ve.
Escucho por delante sus pasos,
los de aquellos que vinieron antes de mí,
y dejaron las migas marcando el trayecto
que hoy yo he de seguir.
Ni ángel ni ave soy,
tampoco viento,
tan solo un leve suspiro
que un día exhaló ese dios,
que cabalga en voluntariosa montura,
invisible, reluciente y voluble.
Ni ave, ni musa, ni hombre o mujer,
solo soy aire,
solo el aliento al que, embelesada,
añoro volver.




No hay comentarios:

Publicar un comentario