martes, 16 de abril de 2013

Alcalá en abril

Camino por unas calles por las que nunca tus pies han pasado,
y, sin embargo, tienen impregnado tu recuerdo
en cada acera, en cada letrero
o en cada gota de agua que salpique la fuente.

Los rayos del sol van calentando las piedras
y nuestras cabezas,
y como lluvia de oro derraman tu presencia por doquier.

Te llevo cargado,
mas eres liviano como una suave pluma
agitada por el viento.
Ese viento, que alborotando mi pelo,
descuidado y con disimulo,
me susurra tu  nombre en secreto.

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