jueves, 17 de enero de 2013

Lluvia I: Tristeza en los soportales


YO NO SÉ LO QUE BUSCO ETERNAMENTE
Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco, pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.
¡Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire, ni en el cielo;
y aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!
                                                                                                                         Rosalía de Castro
Tristeza mía
que viene a visitarme de cuando en cuando.

Tristeza en la mañana,
tristeza en el cielo,
tristeza en los campos,
en el aire,
en los pasos que acompañan al caminar.

Tristeza de invierno recién estrenado,
y tristeza de ruedas que surcan el asfalto empapado.

Tristeza que ralentiza el circular de la sangre por mi cuerpo
y embota mi sentir, mi pensar.

Vuelve la niebla, y vuelve la lluvia,
vuelve el frío y ese sentimiento culpable
de estar a salvo en casa,
con la congoja en el estómago
de esas pobres almas que no lo están,
y nunca lo estarán,
pues son pobres esclavos de la calle
cumpliendo castigo
aunque nunca fueron culpables.

Tristeza que viene,
y siempre pensé
que compartida, celosa y sola,
se iría.
Pero esa tristeza soy yo,
tristeza amiga.
Me acompaña de forma azarosa.
Y compartida o no,
es mía, y
quizás, mi máximo don.

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