A veces te sueño.
Te sueño y, en el sueño,
te espero.
Hoy te he soñado,
he soñado que me has buscado,
y, sin embargo,
y, a pesar de estarte esperando,
no me has encontrado.
Maldito sino que me condena,
maldito empeño en el que me obstino.
Enredarme en una mirada
como el aire en el vuelo de una mariposa.
Quedarme enredada y
desgranar cada hora,
desguazar minutos y segundos
hasta que entre mis manos no queda nada.
Y aunque hacía tiempo que había decidido
no pensarte,
no soñarte más...
pero es que me quedé enredada en el vuelo
sutil de una mariposa.
Maldito sino que me condena,
maldito empeño en el que me obstino,
un reloj hecho de vientos,
una mirada efímera,
una espera eterna.
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