Unos versos son tan solo unas palabras,
que escritas o leídas
se asemejan a una jaula.
La que coarta la libertad
del viento en el que el alma
quiere convertirse en la alborada.
No quiero ser un canto,
no quiero ser un ave
ni quiero ser tampoco agua.
Unos versos son tan solo unas palabras.
Las que hace tiempo escribiera aquel poeta,
que apresó entre sus rimas y cadencias,
el pulso desbocado de corazones,
desposeídos y desesperanzados,
cabalgando locos y trastornados,
porque hace tiempo que perdieron
el norte, el rumbo y el camino.
El tiempo se ríe de nosotros descaradamente,
y nosotros lo amamos indefectiblemente.
"...¡Qué triste es tener sin flores
el santo jardín del alma,
soñar con almas floridas,
soñar con sonrisas plácidas,
con ojos dulces, con tardes
de primaveras fantásticas!...
¡Qué triste es llorar, sin ojos
que contesten nuestras lágrimas!..."(Juan Ramón Jiménez)
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