Te conozco y aún no has llegado.
Te hablo y las palabras te arrullan con cuidado.
Mis manos se extienden y vuelan
haciendo una danza de giros rituales.
Un canto mece al alba.
Un llanto callado que no calma.
Tu esencia se aspira por doquier,
duele tu ausencia,
duele el ser.
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